Tenemos la ligera tendencia de
llamar locura a toda conducta diferente a la normalmente aceptada, al
igual que llamamos loco a todo aquel que hace lo que consideramos
imposible, sin sentido, sin provecho, contra toda la razón. Sin embargo
si miramos la historia vemos que los personajes que contribuyeron al
desarrollo de la humanidad fueron “locos” que se atrevieron a hacer las
cosas de diferente forma o a hacer cosas diferentes que los demás no han
hecho y que no harían.
Una
vez un amigo me preguntó que lectura me había impactado más que me haya
hecho plantearme nuevas y mayores metas, salir del status quo. Mi
respuesta fue sencilla “La Biblia, pero si te parece que esto es muy
religioso, lee Juan Salvador Gaviota de Richard Bach”. Para el que le
interese, no es un libro muy extenso y lo leerán en un par de horas a lo
sumo.
Juan
tenía una meta, él ya sabía volar, pero quería realizar algo más que
solo volar, quería hacer acrobacias y volar mucho más alto. Quería
aprender a hacer cosas nuevas utilizando los fundamentos que ya tenía.
Esto lo llevo incluso al exilio de la bandada, donde tuvo que aprender
nuevas técnicas de vuelo. Así que también aprendió nuevas cosas.
¿Qué cosas hemos hecho que nos consideraron locos y al final tuvimos razón?
Quisiera
compartir algo personal, entré a la universidad siendo muy joven, a los
pocos años abandoné la universidad con dos años de cursos ganados.
Durante 10 largos años de ausencia me dediqué a trabajar, tiempo durante
al cual gracias a Dios, logré dar el pago inicial de mi casa. Mis
amigos me decían “compra un auto, compra un auto”, a lo que siempre
respondía “no tengo donde parquearlo, ¿para que quiero un auto si del
parqueo más cercano a mi casa debo caminar 15 minutos?”. Mi sabio padre
siempre me decía “muchos tienen auto pero pocos tienen casa”, también
decía “tienen autos bonitos pero en las casas están mal amuebladas”. Hoy
tengo una casa y gracias a Dios está bien amueblada, mi padre siempre
tuvo buen gusto por los muebles y el espacio que ocupan, mi casa no es
muy grande pero tampoco luce amontonada de muebles, no puedo dejar de
pensar en mi casa sin pensar en la comodidad que se siente en ella.
¿Otra
locura? Regresé a la universidad después de 10 años, con un trabajo de
tiempo completo y estudiando solo de noche la carrera de Ingeniería;
desde el principio sabía que los 3 años que me hacían falta para
terminar los cursos me iban a costar de 5 a 6 años… fueron 6, era de 36
años al terminar el último curso. En la actividad de celebración de la
facultad yo era el más viejo o uno de los más viejos, rodeados de
jovencitos de 24 a 28 años habíamos unos pocos mayores de 33 años. ¿Cuál
fue la actividad? Bueno, consistía en que al momento de iniciar una
canción en específico (la canción de batalla de la universidad) y los
juegos artificiales (ametralladora en Guatemala) debíamos saltar a una
pileta de una profundidad tal que el agua nos llegaba al cuello, éramos
más de 100 entre hombres y mujeres.
El
trabajo de graduación o tesis me llevo otro año. En Guatemala debemos
pasar un examen para poder graduarnos, consiste en que tres ingenieros
nos hacen preguntas de cualquier tema relacionado con la carrera, el
examen puede ser con los tres ingenieros al mismo tiempo o por separado,
usualmente es por separado de acuerdo a sus respectivas agendas.
Estudiar para éste examen me llevo otro año. Cuando finalmente obtuve el
título de Ingeniero, era yo de 38 años.
Hubo
alguien que me dijo que yo iba a graduarme por satisfacción personal
porque a mi edad y recién graduado no dejaría el trabajo donde estaba,
en donde tenía 15 años de laborar, que haría lo mismo.
Para
no hacer muy larga esta historia y poder hablar más sobre esto en otra
ocasión, solo diré que hoy tengo 41 años, hace un año fue mi graduación
de Maestría en Administración de Negocios, la cual la estudié en Taiwán,
en idioma inglés (¿mencioné que estudié inglés cuando tenía 37 años?).
Aunque no hablo chino con fluidez, me defiendo un poco. Tengo un año de
trabajar en Taiwán y por ser el único que habla español, soy el
responsable de ventas para toda Latino América y he ido en viaje de
negocios tres veces este año. Tengo una novia muy linda (Taiwanesa) con
quien tenemos planes de iniciar una familia.
¿Loco?
Si, me han llamado loco tantas veces que he perdido la cuenta. Pero
ahora puedo detenerme un poco, ver hacía atrás y preguntarme ¿Quién era
el loco? Como Juan Salvador Gaviota, en el proceso he conocido a otros
locos como yo, he dejado atrás muchas cosas pero el premio ha sido más
que satisfactorio.
Hoy tengo nuevas metas, nuevos sueños, nuevas ilusiones. Más locuras.
¿Te han llamado loco por soñar muy alto?