Mi esposa está leyendo
un libro escrito por una chica que sus padres obligaron a estudiar Leyes en una
de las mejores universidades. La chica era muy buena estudiante, siempre
obtenía excelentes calificaciones y su deseo era el de convertirse en escritora
y maestra.
Sin embargo, los
padres le decían que de escritora o maestra no se ganaba mucho dinero, que lo
mejor era que estudiara Leyes porque eso si le iba a dar mucho dinero. Esa sutil
motivación se convirtió en una obligación, por lo que la niña estudio Leyes
contra su voluntad. Durante todos los años de estudio nunca termino por
gustarle la carrera, pero no renunció, se graduó en tiempo normal.
No es de extrañar que
nunca haya ejercido la carrera, al terminar sus estudios se dedicó a estudiar
lo que ella quería, quería ser una maestra y escritora. Empezó escribiendo mini
blogs en Facebook, personas de una editorial leyeron sus historias y ellos
mismos la contactaron para ofrecerle publicar su primer libro. Además trabaja
como maestra particular.
Esa historia me
recuerda a algunas personas que he conocido, especialmente a dos chicas que
conocí en mi país con historias similares.
La primera la conocí
desde que ella era una pequeña niña, cuando era de aproximadamente once años me
contaba que quería estudiar en el extranjero, que su sueño era ser diseñadora
de modas. Algunos años después cuando obtuve una beca para estudiar una
maestría en Taiwán me volvió a contar de sus sueños, no habían cambiado.
Le comenté que hay diferentes
programas de becas para distintos campos y que hablara con sus padres sobre sus
sueños. Recuerdo que fue precisamente el padre quien me habló de lo que la niña
quería estudiar y le pregunté qué opinaba, me dijo que estudiar diseño de modas
no tenía sentido, que eso no le daría dinero, que lo mejor era que ella
estudiara medicina porque personas enfermas siempre hay y que eso le iba a dar
dinero. Luego de terminar la universidad podría estudiar lo que ella quisiera o
aplicar a una beca en el extranjero, pero que en ese momento no se lo permitiría.
Luego supe que la madre pensaba igual.
Con el paso de los
años, la niña termino la secundaria y como resultado de la “sutil sugerencia”
de los padres, entró a la escuela de medicina. Cuando veo sus fotos con sus
compañeros de universidad, pasado con esa niña, si aún vive dentro de ella o si
sus sueños cambiaron con los años.
El segundo caso es de
otra chica, cuando nos conocimos ella ya había terminado la universidad. Me contó
que los padres le regañaban incluso en voz alta delante de sus compañeros y
amigos cuando sus notas eran menores de noventa. Le decían que esa no era una
nota aceptable y que debía esforzarse más o sería castigada. Muchos me dirán
que los padres tenían razón, pero la verdad es que ser estudiante tampoco es fácil
y a la mayoría se nos olvida lo difícil que fue para nosotros. Es como
pretender que todos los meses seamos los “empleados del mes” en nuestros
trabajos o seremos castigados.
Cuando terminó la
secundaria los padres le dijeron que debía estudiar Contabilidad, porque esa era
una buena carrera, de lo contrario no le pagarían los estudios. Estudió Contabilidad.
Al entrar a la universidad le dijeron que estudiara Auditoría o no le pagarían
los estudios. En este punto pudo estudiar otra cosa y pagarse ella misma la universidad
como muchos en mi país, pero decidió obedecer y estudió la carrera de
Auditoria. Cabe decir que es una buena profesional hoy en día.
Yo no vengo de una
familia adinerada, pero mis padres siempre nos preguntaron a mi hermano y a mi “¿qué
quieres estudiar?”. Cada uno escogió lo que quería estudiar y luchamos por
ello. He disfrutado estudiando, me agrada mi carrera y todo lo aprendido me ha
ayudado a iniciar junto con mi esposa nuestra propia empresa; le agradezco a
mis padres por haberme apoyado siempre. Creo que si hubiera estudiado algo que
no fuera de mi agrado sino el de ellos, no me sentiría realizado ni feliz
conmigo mismo. El estudiar una carrera por agradar a otras personas es como
querer ser aceptado por ser alguien que no se es. Engañarse a uno mismo es fácil,
el problema es que pasará cuando nos demos cuenta ello.