La mayoría de programas
de estudios de postgrado realizan una entrevista a los candidatos como parte
del proceso de selección para conocer mejor al aspirante y determinar si está
calificado para dicho programa. Uno de los programas más buscados es la
Maestría en Administración de Empresas o MBA en inglés.
El prepararse para
dichas entrevistas resulta un poco difícil ya que no se sabe con qué pregunta
puedan salir los profesores y si la respuesta que el candidato ofrezca será del
agrado de los mismos. Uno de mis amigos luego de completar sus estudios de
maestría en ciencias de la computación, quiso ampliar sus conocimientos y
aplicó a uno de estos programas.
Durante sus estudios
de universidad y maestría, participó en varios proyectos junto con otros
compañeros y consideró que sus conocimientos técnicos carecían del enfoque de
negocios necesarios para pasar de la etapa de diseño y programación a la etapa
de lanzarse al mercado con sus productos.
Entre sus planes
estaban el continuar con estudios de doctorado o estudiar una maestría en negocios.
Una de sus metas era el formar una empresa desde la cual poder realizar sus
proyectos y venderlos a futuros clientes.
Este amigo sabía que
los programas de MBA cuentan con cursos de Modelos de Empresas y que incluso
participan en eventos internacionales donde estudiantes de diferentes
universidades preparan sus modelos de negocio y son puestos a prueba por
profesionales y empresarios para saber si sus modelos están debidamente
elaborados. A los ganadores se les entregan premios en efectivo, en muchas
ocasiones llegan inversores buscando por nuevos y futuros empresarios,
dispuestos apoyar a los estudiantes a pasar del papel a la práctica y ganar
dinero en el proceso.
Sabiendo de todo lo
anterior, aplicó a varios programas, cuando fue llamado a la etapa de
entrevistas me llamó para contármelo. A este punto él ya contaba con algunos
proyectos de aplicaciones para teléfonos móviles y desarrollo de software en su
currículo, ya había participado en varios concursos y había obtenido varios
premios. Pero le faltaba profundizar en el área comercial.
El día de la
entrevista llegó, se presentó puntual a la cita, llegó presentable y lleno de
ilusiones. Entre las preguntas básicas estaban el cómo supo del programa de
dicha universidad, si conocía a alguno de los alumnos o exalumnos, si había participado
en el desarrollo de un producto, experiencia laboral, etc. Hasta este punto
todo iba bien, pero llegó la pregunto que definió todo.
-¿Por qué quiere
estudiar MBA?
-Porque una de mis metas
es formar mi propia empresa.
-Nuestro interés es que
nuestros alumnos ingresen a trabajar en grandes empresas a nivel internacional,
no que formen sus propias empresas. Creo que no sería justo hacerte perder el
tiempo con nosotros ni que nos hicieras perder el nuestro. Así que mejor te
dejamos ir para que busques otro programa.
Mi amigo escuchó la
respuesta y prefirió responder un simple “gracias por su tiempo”.
Cuando me lo contó no
pude más que exclamar “¿¡Qué!?”. Se supone que ese es un programa que ha
participado y ganado varios premios en competencias de planes de negocios para
formar empresas, incluso entre los cursos que ofrecen tienen uno especialmente
dedicado a escribir y elaborar planes de negocios.
Ambos decidimos creer
que el programa no es malo, que en verdad es un buen programa pero que
lamentablemente cuenta con un profesor que tiene dicha visión. Preferimos creer
que el profesor es un problema para dicho programa y que su opinión no
representaba la de la universidad ni la de la maestría. Pero que
lamentablemente por personas como él muchos emprendedores son desilusionados.
Vale aclarar que para
formar una empresa no es necesario tener un MBA, pero si el propósito era
rechazar a un candidato, no era esa la forma adecuada.
Al final todo tiene un
propósito, mi amigo ha recibido una beca para estudiar doctorado en Europa y
ahora esa experiencia ha quedado en el pasado. Le vendrán nuevos retos y
experiencias. A él mis respetos y le deseo éxitos en su futuro.