En esta ocasión no quiero
presentar una de mis aventuras en Taiwán, quiero presentar la historia de un amigo
guatemalteco que con mucho esfuerzo ha salido adelante y logrado sus metas en
estas tierras.
Son muchas las personas que se
quejan de lo difícil que es estudiar chino, muchos dicen tener algún amigo
que tiene un amigo que lleva varios años estudiando el idioma sin lograr
dominarlo completamente. A esas personas les comento que en Guatemala yo
conocí a varias personas que llevaban muchos años estudiando inglés y no
pasaron de un nivel básico. Así que no es el idioma, es la persona.
Me preguntan varios si es difícil
trabajar o relacionarse con los taiwaneses, les respondo que conozco a varios
que han escalado dentro de las empresas y son Directores de Mercadeo, Gerentes
de Ventas, Gerentes de Producto, etc.
Esta vez les contaré de un amigo
médico graduado de la Universidad de San Carlos de Guatemala que vino a Taiwán
con una beca para estudiar maestría. Fue durante estos años que empezó un
sueño, el de convertirse en el primer latino (no descendente de asiáticos) en hacer
una residencia en cirugía general en Taiwán. Su nombre, Iván De León.
¿Fácil? Para nada.
Los exámenes que tuvo que pasar eran en chino, pero como se imaginarán, los términos usados en dicho examen son
términos médicos los cuales no nos los enseñan en los cursos de chino que
tomamos en la universidad. Por lo que requieren un estudio del idioma a nivel
especial.
Al terminar la maestría dispuso
estudiar chino especialmente para dichos exámenes. Surgió otro problema, la
beca ya había terminado y para poder quedarse en Taiwán debía conseguir un
trabajo o ser estudiante para poder tener la visa que le permitiera quedarse. Ni
lento ni perezoso aplicó a otra beca y gracias a ella logró estudiar el idioma
en forma avanzada.
Debido a que el Título de Médico
obtenido en Guatemala no es reconocido por el gobierno taiwanés tuvo primero
que validarlo en Estados Unidos como si fuera a trabajar en dicho país. Lo que
significa que al mismo tiempo de estar estudiando chino estuvo preparándose para
el examen estadounidense. Al terminar el año de chino regresó a Guatemala por
aproximadamente tres meses antes de regresar a Taiwán.
Habiendo pasado los exámenes de
Estados Unidos, obtuvo la oportunidad de trabajar en un hospital en Taiwán,
pero no como residente como era su sueño. Sin embargo, esto le permitió seguir
practicando el idioma, conocer mejor el sistema hospitalario, ambientarse al
ritmo de trabajo y hacer amigos.
A la vez que trabajada en el
hospital, se preparaba para los exámenes, según me contó el tiempo promedio de
preparación para cada examen fue de dos meses. Los cuales uno a uno fueron
siendo superados. Tanto escrito, entrevista, prácticas.
Le pregunté por lo más difícil que
pasó. Me dijo que muchas personas le dijeron que estaba loco, le criticaron, le
dijeron que regresara a Guatemala. En el trabajo, algunos pacientes le
preguntan de dónde es y algunos dudan de su capacidad como médico. Esto según
me dijo le ha pasado poco, pero ha sido con jóvenes, las personas mayores no
muestran ningún recelo hacia él. Con los colegas, más de alguno ha creído que
la educación en Guatemala no es lo suficientemente buena para que él pueda
trabajar en Taiwán. A todo esto, él dice hacer caso omiso y entiende que es
normal tener cierto recelo ante una persona extranjera, más de desanimarlo lo ha motivado aún más. La actitud es lo importante.
Le pregunté por algún momento que
pudiera mencionar, que fuera uno especial para él. Sonrió por un momento, sacó
su billetera y me mostró su identificación como médico residente en Taiwán. Me dijo
que el día que le llamaron para decirle que había pasado todos los exámenes y
que podía ser médico de cirugía general fue cuando pudo respirar y decir que
todo lo pasado en los años anteriores había valido la pena.
¿Cómo lo celebró? Fue a comer
sushi, solo, ya que su esposa se encontraba en otra ciudad.
El día de hoy, Iván está casado,
su esposa es taiwanesa. Se conocieron en los años de maestría y ella ha sido
un gran apoyo en este proyecto, siempre creyó en él y lo animó a seguir
adelante. Iván no solo habla chino, también habla taiwanés (el segundo idioma
en Taiwán) de forma fluida. Atiende a sus pacientes en ambos idiomas sin ningún
problema. De hecho, cuando sus pacientes lo oyen hablar, muchos creen que
pertenece a una de las razas aborígenes y lo ven como a un taiwanés más. El idioma
le ha ayudado a romper barreras.
Hoy puede trabajar como médico en
Guatemala, Estados Unidos y Taiwán. En todo momento expresa que todo lo logrado
ha sido gracias a Dios que lo ha guiado y llevado en esta larga jornada.
Le pregunté por su siguiente
meta, quiere ser Cirujano Cardiovascular en Taiwán.
La limitación está nuestra propia
mente. ¿Cuál es tu meta?